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Salud en el MAR

Salud en el MAR

  El aire del mar, es rico en iones negativos, unas partículas cargadas energéticamente que, al contrario de los positivos, tienen un efecto beneficioso sobre el organismo: relajan y favorecen la producción de serotonina, un neurotransmisor cerebral cuya liberación produce sensación de bienestar. A menos de 100 metros del mar la cantidad de iones negativos que hay en el aire es de 50.000 por metro cúbico, una cifra alta si tenemos en cuenta que en las ciudades no suele pasar de 500.

  El aire del mar también actúa como un auténtico aerosol, enviando gran cantidad de micropartículas a la atmósfera. Son pequeñas gotas de 20 a 100 micras cargadas de oligoelementos que absorbemos rápidamente a través de los alveolos pulmonares. Uno de estos elementos es el yodo. Cuando el mar está agitado, la cantidad de micropartículas es diez veces mayor. Asimismo, el mar es un productor de ozono natural, un agente que purifica el aire gracias a sus propiedades antisépticas. Por otro lado, la presión atmosférica es máxima al nivel del mar y la cantidad de oxígeno mayor, lo que se traduce en una oxigenación más activa del organismo, que tiene una acción sedativa y ralentiza el ritmo respiratorio. Este efecto ayuda a recuperarse y a reemprender la actividad tras un periodo de sedentarismo o convalecencia de alguna enfermedad.

  Baños de mar:

  1. Mejora la capacidad respiratoria.
    La práctica neutralidad de las presiones permite un aumento del volumen de la carga torácica y una mayor movilidad del diafragma. Eso se traduce en una mejora de la capacidad respiratoria, una mejor oxigenación y un incremento de los glóbulos rojos de alrededor de un 10%.
  2. Favorece la eliminación de toxinas.
    Estar sumergido en el agua de mar produce un efecto drenante, o sea estimula el circuito venoso y linfático debido a que la presión del agua es mucho más alta que la presión del aire. El resultado es una movilización del agua extracelular que favorece la eliminación de líquidos.
  3. Activa la circulación.
    La presión del agua, que es mayor en el fondo y va disminuyendo conforme alcanza la superficie, facilita la circulación venosa de retorno. Y el movimiento del agua de mar mejora la circulación en los vasos capilares.
  4. Beneficia al corazón.
    Como en el agua de mar el cuerpo pesa ocho veces menos, el corazón actúa con un esfuerzo mínimo. Gracias a ello, cualquier ejercicio dentro del agua se puede hacer con unas condiciones de confort óptimas.
  5. Mejora la movilidad y la fuerza muscular.
    A medida que pasan los años y cuando se llega a una edad avanzada, se pierde entre un 40 y un 50% de masa muscular, lo que conlleva una cierta fragilización de los huesos. Este hecho puede favorecer el desarrollo de enfermedades osteoarticulares o la aparición de osteoporosis.
    Para mejorar la movilidad y la fuerza muscular es fundamental hacer ejercicio, y el agua de mar es un medio especialmente idóneo para las personas mayores, ya que les permite practicarlo sin hacer mucho esfuerzo.
  6. Fortalece los huesos.
    Los oligoelementos disueltos en el agua de mar se pueden absorber a través de la piel. Este hecho se ha demostrado en el caso del yodo, y el Instituto Francés de Estudios de Recursos Marinos está investigando ese mismo efecto con el calcio y el fósforo. Lo que sí se ha comprobado es que el medio marino mejora la fijación del ion calcio y fósforo en los huesos. Gracias a ello una fractura se consolida más rápidamente. Por eso, además de mejorar la movilidad muscular y articular, el mar es un buen remedio en la prevención y el tratamiento de la osteoporosis.

Fragmento de Rosa Blasco (médico naturista).

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